Fundación Mítica De Buenos Aires
Friday, October 11, 2013
Fundación
mítica de Buenos Aires
Jorge Luis
Borges
Bella Vista |
¿Y fue por
este río de sueñera y de barro
que las
proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los
tumbos los barquitos pintados
entre los
camalotes de la corriente zaina.
Pensando
bien la cosa, supondremos que el río
era azulejo
entonces como oriundo del cielo
con su
estrellita roja para marcar el sitio
en que
ayunó Juan Díaz y los indios comieron.
Lo cierto
es que mil hombres y otros mil arribaron
por un mar
que tenía cinco lunas de anchura
y aún
estaba poblado de sirenas y endriagos
y de
piedras imanes que enloquecen la brújula.
Prendieron
unos ranchos trémulos en la costa,
durmieron
extrañados. Dicen que en el Riachuelo,
pero son
embelecos fraguados en la Boca.
Fue una
manzana entera y en mi barrio: en Palermo.
Bella Vista |
Una manzana
entera pero en mitá del campo
expuesta a
las auroras y lluvias y suestadas.
La manzana
pareja que persiste en mi barrio:
Guatemala,
Serrano, Paraguay, Gurruchaga.
Un almacén
rosado como revés de naipe
brilló y en
la trastienda conversaron un truco;
el almacén
rosado floreció en un compadre,
ya patrón
de la esquina, ya resentido y duro.
El primer
organito salvaba el horizonte
con su
achacoso porte, su habanera y su gringo.
El corralón
seguro ya opinaba YRIGOYEN,
algún piano
mandaba tangos de Saborido.
Santos Lugares |
Una
cigarrería sahumó como una rosa
el
desierto. La tarde se había ahondado en ayeres,
los hombres
compartieron un pasado ilusorio.
Sólo faltó
una cosa: la vereda de enfrente.
A mí se me
hace cuento que empezó Buenos Aires:
La juzgo
tan eterna como el agua y el aire.
Villa 31 |
English Translation
(by Alastair Reid):
The Mythical Founding
of Buenos Aires
And was it along this
torpid muddy river
that the prows came to
found my native city?
The little painted
boats must have suffered the steep surf
among the root-clumps
of the horse-brown current.
Pondering well, let us
suppose that the river
was blue then like an
extension of the sky,
with a small red star
inset to mark the spot
where Juan Diaz*
fasted and the Indians dined.
But for sure a thousand
men and other thousands
arrived across a sea
that was five moons wide,
still infested with
mermaids and sea serpents
and magnetic boulders
that sent the compass wild.
On the coast they put
up a few ramshackle huts
and slept uneasily.
This, they claim, in the Riachuelo,
but that is a story
dreamed up in Boca.
It was really a city
block in my district – Palermo**.
A whole square block,
but set down in open country,
attended by dawns and
rains and hard southeasters,
identical to that
block which still stands in my neighbourhood:
Guatemala – Serrano – Paraguay
– Gurruchaga.
Belgrano - La Redonda |
A general store pink
as the back of a playing card
shone bright; in the
back there was poker talk.
The corner bar
flowered into life as a local bully,
already cock of his
walk, resentful, tough.
The first barrel organ
teetered over the horizon
with its clumsy
progress, its habaneras, its wop.
The cart-shed wall was
unanimous for YRIGOYEN***.
Some piano was banging
out tangos by Saborido.
A cigar store perfumed
the desert like a rose.
The afternoon had
established its yesterdays,
and men took on
together an illusory past.
Only one thing was
missing – the street had no other side.
Hard to believe Buenos Aires had any
beginning.
I feel it to be as
eternal as air and water.
Retiro |
Ferrocarril General San Martín |