Hechos Y Circunstancias
Saturday, September 28, 2013
Sábado 28 de septiembre 2013- día de San Jerónimo
Buenos
Aires, Capital Federal
Hechos y
circunstancias
Felipe Occhiuzzi
Felipe Occhiuzzi
Felipe Occhiuzzi- Estación Retiro - Ferrocarril General Belgrano |
Fué un
encuentro programado para el mediodía, puntualidad impecable (habían pasado
siete años, sin vernos), logramos concretarlo un cuarto de hora antes de lo
previsto en el hall central de la estación Retiro del Ferrocarril Belgrano; el
reconocimiento es instantáneo, ya sobrepasando nuestras primeras siete décadas,
sin aparencias de "achaques " visibles (ó nos creemos eso), saludo
efusivo e intercambios superpuestos de nuestras ya consabidas y conocidas ironías,
nos ponemos en marcha hacia la boca del subte, línea C, destino estación
Pueyrredón de la línea D, objetivo encuentro programado en casa de Wenceslao (primo
hermano de Alex) que voy a conocer, ubicada en una arteria céntrica de la
ciudad de nombre Larrea numeración 1234, en tanto descendemos por las escaleras
hacia la estación hago un comentario a Alex acerca que estas escaleras son casi
centenarias y conservan el mismo ancho, desde cuando la cantidad de pasajeros
no alcanzaba al cinco por ciento del actual (imaginen lo disfuncional que son
en la actualidad para sinnúmero de usuarios que deben padecer su estrechez). Ya
en las entrañas enfrentamos los molinetes de ingreso, pero....no
registran la lectura de las tarjetas que habilitan el viaje, los molinetes
presentan la leyenda "no funcionan"(menos mal que es un día no
laborable y los molinetes se salvan de la furia de los usuarios), tenemos que
acceder, un amable personal de control nos indica por cual sitio pasar y
finalmente vamos hacia el abordaje del tren (Alex se detiene ante un mural de
publicidad y lo fotografía), nos instalamos comodamente sobre asientos de una
aceptable pana azul, iniciamos una catarata de diálogos, mientras el tren inicia
su marcha, enfrascados en un comentario sobre un folleto sobre Jorge Luís
Borges que Alex me exhibe, obtenido de las entrañas de la Biblioteca Nacional, y
analizando si había sido legitimamente obtenido, terminamos pasándonos de la
estación Diagonal Norte donde deberíamos haber descendido para hacer nuestra
combinación hacia nuestro destino, de inmediato descendemos en Avenida de Mayo,
desde éste nuevo punto de combinación comenzamos un peregrinaje para enmendar
nuestro error por exceso de entusiasmo y distracción; nuestro próximo objetivo,
estación Avenida de Mayo (MISMO NOMBRE, PERO!!!!! AHORA LÍNEA A) para abordar
un tren hacia plaza Once (estación Plaza Miserere), y desde ese destino
combinar con nueva línea H, hacia estación Corrientes (destino último hacia la
bendita LA-REA 1234).
Siguiendo
una sucesión de indicaciones y flechas, subidas y descensos nos encaminamos en
busca de la línea A, a través de un largo pasillo bien iluminado de unos cien
metros de longitud, vamos conversando animadamente haciendo comentarios jocosos
acerca de la situación que estamos atravesando, a poco andar se perciben
acordes de guitarra y alguien inidentificable por la distancia parece entonar
una canción, acercándonos divisamos una mujer de unos 50 años cantando, enfrascados
en nuestra conversación rebasamos la posición de la particular
"juglar", de inmediato recibimos una andanada de sublimes y
portentosos insultos a muy viva voz (evidentemente pagando nuestro tributo por
la descortesía y desatención hacia la "artista") !gringos de
mierda y mala madre vuelvanse a su tierra, cáguense de hambre como en España, miserables
explotadores hijos de puta, todo esto sin solución de continuidad con estentórea voz de consumada soprano de
varieté, su voz se fué perdiendo en el túnel a medida que nos alejábamos con
nuestras alforjas colmatadas de mierdas y puteadas. Finalmente cagandonos
metafóricamente de risotadas entramos al anden que nos conduciría hacia Plaza
Miserere; llegados debíamos abordar la línea H, esta combinación es alucinante
hay que recorrer una vastedad de tramos de túneles y descender escaleras
siempre con deficiente señalización, pero preguntando a ocasionales
transéuntes, en especial una señorita nos indica que al final nos encontraríamos
con una bifurcación en (Y) una diría Hospitales y otra Corrientes, efectivamente
nos introdujimos por "hacia Corrientes" y finalmente, el andén ! Hubimos
de esperar, dos personas trataron de convencernos de ir a la superficie y
abordar un colectivo de la línea 64 que nos dejaría muy próximos de nuestro
destino final, dado que el tren que tomaríamos tenía terminal solo a cuatro
cuadras: Abusando de nuestra terquedad rehusamos el consejo, tomamos el tren
por sólo 4 cuadras y emergemos luego de casi una hora de peripecias a la calle
Pueyrredón, allí nos preparamos a tomar el famoso y recomendado 64 por las
dudas preguntamos y ...efectivamente íbamos a abordar el de la dirección
equivocada, así que ...a cruzar la avenida y esperar allí, pero....no se
encuentra la parada del susodicho 64, preguntamos (VEMOS QUE LA GENTE TIENE MÁS
DUDAS QUE CERTEZAS), inteligentemente Alex detiene un taxi, alegremente
convencidos que complementando nuestras menguadas neuronas, no conocemos una
mismísima mierda de Bs As, principalmente Felipe Occhiuzzi, conspicuo habitante
porteño!! nacido en la porteñísima y tanguera esquina de San Juan y Boedo. Ya
instalados comodamente nuestro conductor, peruano, él, nos lleva a destino, pregunté
si conocía bien BS.AS, me contesta que está tratando de hacerlo desde hace 4
años, en la corta travesía obtengo un sí en cuanto Cesar Vallejo es mas
reconocido que Vargas Llosa, por lo cual me alegra sobremanera. Aún con otros
pequeños detalles llegamos a Larrea 1234 y Alex oprime timidamente e inseguro el
timbre del tercero B (dudaba entre A ó B ),y ......... oimos la voz de
Wenceslao a quien conoceré gratamente, breves instantes después.
Finalmente
instalados en el piso de Wence, intercambiamos las presentaciones de rigor
y
rápidamente "rompemos" los usuales estados de gelitud; Hacemos un
recorrido veloz de nuestras pasadas historias y
primera juventud (principios de los 60 ).Ya que los tres orillamos
nuestras siete décadas, fuimos testigos de una época en la cual nos
identificamos con lugares y vivencias comunes. Ambos primos van desmadejando
historias de sus comunes ancestros, desencuentros, intercambio de anécdotas,
llenando y completando recuerdos de tergiversados parentescos y sucesos que son
mejor comprendidos desde la perspectiva remota por el paso del tiempo , las
ausencias y los olvidos.
Es una
charla amenísima, los instantes se acumulan (como la prosaica insistencia de
Alex por cumplimentar su necesidad ritual gastronómica), Wence y yo muy
enfrascados en intercambio de información soslayamos su insistencia (aunque
creo que experimentamos la misma necesidad), finalmente ya son casi las 14.30
hs, no es mala idea bajar los tres pisos y dirigirnos raudamente en busca de un
digno sitio para "almorzar", cosa que concretamos sin demasiados
prolegómenos con el primer restaurante sobre Av. Santa Fé.
Cómodamente
instalados, los primos optan por almorzar una parrillada de autoservicio, yo
opto por un plato de pasta (no poseo demasiadas opciones, ni lo deseo), en
tanto tenemos opción a una serie de ensaladas y contornos (de buena presencia a
la vista), procedemos a dar cuenta de ellos, Alex ordena un vino blanco ??, Wence
y yo aceptamos a regañadientes la elección, (no será tinto pero es vino).
Hablando
sobre preparación de pastas, calidad de la misma, salsas y sus aderezos (esto
sería tal vez de un cuarto y nutritivo capítulo de los tres que he escrito aquí)
Alex nos enseñó el origen de los ajies picantes, narró que son originarios del
altiplano boliviano y fueron descubiertos por los europeos en épocas de la
conquista, nos relató que su nombre al pasar por el Cabo de La Buena Esperanza
es piri-piri, a partir de su uso el mundo gozó y disfrutó de infinidad de
platos utilizando estos ajies, contrayendo como resultado (por su pecaminosa
ingesta) la dolencia "colon irritado".
Obviamente
durante todo el transcurso de la comida el anecdotario se amplifica y se
introduce por vericuetos impensados, Alex y Wence recorren muy en profundidad
situaciones de familia de un pasado que me sabe riquísimo pero no se porqué
remotísimo; En tanto Alex rechaza la
calidad de la parrillada, reniega a su ingesta y opta por conseguir un plato de
salsa, se acompaña con pan y completa satisfactoriamente su almuerzo!! La
sobremesa se extiende en el tiempo (a mi particularmente me resulta
agradabilísima y fascinante), pero.... el restaurante tiene que cerrar, luego
de los postres, abonamos y nos ponemos en marcha por Sta Fé con rumbo a la
librería El Ateneo.Ya allí Alex toma una seguidilla de fotografías, adquiere
libros que luego no puede pagar porque si bien posee tarjeta de crédito no
puede acreditar identidad por carecer de identificación, por lo tanto a
devolver los libros !!
Lamentablemente
la jornada llega a su fin, debemos regresar, nos despedimos de Wenceslao, y
tomamos el 106 hacia estación Retiro, allí nuestros rumbos se bifurcan ya que
ambos abordamos distintos trenes.
Felipe Occhiuzzi dixit