On Easter Sunday I turned on TCM and King of Kings (1961, directed by Nicholas Ray) was about to begin. Rosemary and I decided to watch it. I did not mention to Rosemary that I had seen it when it came out. Rosemary left as soon as Jeffrey Hunter, playing Christ was about to be scourged.

The film is truly awful. Carmen Sevilla a Spanish actress plays Mary Magdalene and as such displays incredibly plucked eyebrows and a face by Max Factor. Enough has been said of Jeffrey Hunter as the teen-Christ or written about Rip Torn’s Judas. And then there is that stellar villain Robert Ryan playing the Baptist. Australian actor Frank Thring plays an oily Herod Antipas to perfection. He is as terribly nasty in this film as was Jay Robinson's Caligula in The Robe. Thring's Herod lusts after his foster daughter Salome. Salome is an almost Elizabeth Taylor look-alike Brigid Bazlen who dances her famous dance but I was unable to count any of those seven veils. It is quite nice! See it here.

Brigid Bazlen

The film has an uncredited Orson Welles narrating who does not stand in but could for God. A trivia bit is that one of the writers of the film was Ray Bradbury.

I watched it from beginning to end wanting at moments to throw my shoe at the flat screen (obviously it would not shatter with the same brilliance and pomp as an old cathode ray tube Sony TV), every time that awful chorus (terrible music by Miklós Rózsa proving that Bartók might have been a one of a kind Hungarian composer.

At the same time I watched the film,with tongue in cheek, in which all the roman soldiers had perfectly clean red capes and Pontius Pilate’s own cape must have had an exclusive stylist/dresser.. I looked for some sort of New Testament accuracy. That was not too bad. The film had to be a film of its time and years had to pass by until a more accurate portrayal of the events had to be The Last Temptation of Christ a Greek (Nikos Kazantzakis)  rendition directed by Italian/American Martin Scorsese. The film had two good-enough-to give the film an okay things going for it. The sermon on the mount was nicely photographed and Claudia, Pontius Pilate’s wife, was played by a most lovely Viveca Lindfors. She played a woman starting to believe in Christ. The reference to this comes from Matthew’s gospel (27:19):

that she sent a message to her husband asking him not to condemn Jesus Christ to death: While Pilate was sitting in the judgment hall, his wife sent him a message: "Have nothing to do with that innocent man, because in a dream last night, I suffered much on account of him."

I believe that one’s beliefs (very personal beliefs on religion) have no place in social media or at a dinner table with strangers. Social media was full, during the Lenten season of silly questions like: “Can one wish someone a happy Good Friday?”

I am not about to go to social media and post my opinions on how Roman Catholics are idiots to believe such stuff as The Trinity, transubstantiation or the Virgin Mary going up to heaven in body and soul.

The Borgesian : Fragmentos  de un evangelio apócrifo is pretty close to the spirit of the New Testament’s Sermon on the Mount. There is no available translation into English.

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Jorge Luis Borges. Fragmentos de un evangelio apócrifo

3. Desdichado el pobre de espíritu, porque bajo la tierra será lo que ahora es en la tierra.

4. Desdichado el que llora, porque ya tiene el hábito miserable del llanto.

5. Dichosos los que saben que el sufrimiento no es una corona de gloria.

6. No basta ser el último para ser alguna vez el primero.

7. Feliz el que no insiste en tener razón, porque nadie la tiene o todos la tienen.

8. Feliz el que perdona a los otros y el que se perdona a sí mismo.

9. Bienaventurados los mansos, porque no condescienden a la discordia.

10. Bienaventurados los que no tiene hambre de justicia, porque saben que nuestra suerte, adversa o piadosa, es obra del azar, que es inescrutable.

11. Bienaventurados los misericordiosos, porque su dicha está en el ejercicio de la misericordia y no en la esperanza de un premio.

12. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ven a Dios.

13. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque les importa más la justicia que su destino humano.

14. Nadie es la sal de la tierra; nadie, en algún momento de su vida, no lo es.

15. Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea. Dios la verá.

16. No hay mandamiento que no pueda ser infringido, y también los que digo y los que los profetas dijeron.

17. El que matare por la causa de la justicia, o por la causa que él cree justa, no tiene culpa.

18. Los actos de los hombres no merecen ni el fuego ni los cielos.

19. No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres de algún modo su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz.

20. Si te ofendiere tu mano derecha, perdónala; eres tu cuerpo y eres tu alma y es arduo, o imposible, fijar la frontera que los divide.

24. No exageres el culto de la verdad: no hay hombre que al cabo de un día, no haya mentido con razón muchas veces.

25. No jures, porque todo juramento es un énfasis.

26. Resiste al mal, pero sin asombro y sin ira. A quien te hiere en la mejilla derecha, puedes volverle la otra, siempre que no te mueva el temor.

27. Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.

28. Hacer el bien a tu enemigo puede ser obra de justicia y no es arduo; amarlo, tarea de ángeles y no de hombres.

29. Hacer el bien a tu enemigo es el mejor modo de complacer tu vanidad.

30. No acumules oro en la tierra, porque el oro es padre del ocio, y éste, de la tristeza y del tedio.

31. Piensa que los otros son justos o lo serán, y si no es así, no es tuyo el error.

32. Dios es más generoso que los hombres y los medirá con otra medida.

33. Da lo santo a los perros, echa tus perlas a los puercos; lo que importa es dar.

34. Busca por el agrado de buscar, no por el de encontrar.

39. La puerta es la que elige, no el hombre.

40. No juzgues al árbol por sus frutos ni al hombre por sus obras; pueden ser peores o mejores.

41. Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena…

47. Feliz el pobre sin amargura o el rico sin soberbia.

48. Felices los valientes, los que aceptan con ánimo parejo la derrota o las palmas.

49. Felices los que guardan en la memoria palabras de Virgilio o de Cristo, porque éstas darán luz a sus días.

50. Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor.

51. Felices los felices.

(De Elogio de la sombra, 1969)