Las Babas del Diablo
Sunday, August 02, 2015
Entre
las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar
fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños pues
exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros. No se trata de
estar acechando la mentira como cualquier repórter, y atrapar la estúpida
silueta del personajón que sale del número 10 de Downing Street, pero de todas
maneras cuando se anda con la cámara hay como el deber de estar atento, de no
perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra, o
la carrera trenzas al aire de una chiquilla que vuelve con un pan o una botella
de leche. Michel sabía que el fotógrafo opera siempre como una permutación de
su manera personal de ver el mundo por otra que la cámara le impone insidiosa
(ahora pasa una gran nube casi negra), pero no desconfiaba, sabedor de que le
bastaba salir sin la Contax para recuperar el tono distraído, la visión sin
encuadre, la luz sin diafragma ni 1/250. Ahora mismo (qué palabra, ahora, qué
estúpida mentira) podía quedarme sentado en el pretil sobre el río, mirando
pasar las pinazas negras y rojas, sin que se me ocurriera pensar
fotográficamente las escenas, nada más que dejándome ir en el dejarse ir de las
cosas, corriendo inmóvil con el tiempo. Y ya no soplaba viento.
Las Babas del Diablo - Julio Cortázar
Among the many ways of combating oblivion and
nothingness, one of the best is taking photos, an activity which should be
taught to children at an early age. It
requires discipline, training in aesthetics, a good eye and sure hands. You aren't simply lurking in wait of the lie
like some reporter or catching the moronic silhouette of the big shot coming
out of 10 Downing Street. In any case,
when one is abroad with a camera one is almost obliged to be attentive, so as
not to lose that rough and delicious career of sunlight on an old stone, or the
dancing braids of a girl returning with a loaf or a bottle of milk. Michel knew that the photographer always
operated like a permutation of his own personal manner of seeing the world, all
the more since his camera rendered him insidious (now a large, almost black
cloud passes by). But he did not
mistrust this fact, knowing full well that he could leave the house without the
Contax and still recuperate the distracted tone, the vision bereft of framing,
the light without diaphragm or 1/250 shutter speed. Just now (what a word, now, what a stupid
lie) I could have remained seated on the parapet above the river, watching the
red and black pine needles pass, without it occurring to me to think of the
scenes photographically, letting myself go to things letting themselves go, and
running to stand still with time. And
the wind was not blowing.
Las balas del diablo
La noche boca arriba
La noche boca arriba II
Nunca se sabrá - no one will ever know
Las balas del diablo
La noche boca arriba
La noche boca arriba II
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