El baile de las sábanas blancas |
Tengo este lindo libro, Salvo el crepúsculo, de las poesías completas de Julio Cortázar que porque fue Julio Cortázar, también incluyó cuentos cortos y ensayos. No explica el porqué del título, pero gracias a Google, supe la razón.
"Salvo el crepúsculo"
el testamento poético de Julio Cortázar
Giuliana Barnini (Universitá di Firenze)
En el curso de la preciosa entrevista concedida a Omar Prego el 20 de enero de 1984, unas semanas antes de fallecer, Julio Cortázar preanuncia a su interlocutor y amigo la inminente publicación de Salvo el crepúsculo, poemario que se publicaría póstumamente en el otoño de ese mismo año.
J.C. A fines de este año Nueva Imagen publicará esto que es poesía,que son poemas. Ahí te doy una sorpresa.
O. P. Salvo el crepúsculo
J. C. Es un fragmento de un haiku de un poeta japonés. Es un libro que he querido que sea divertido; ahí la poesía se mezcla con la prosa, hay comentarios e interacciones, muchas citas de mis amigós poetas, me hice acompañar por todos ellos.
El Haiku de Matsuo Bashô (1664-1694)
Este camino
ya nadie lo recorre,
salvo el crepúsculo.
De niño mi mamá cuando llegaba la hora de dormir me decía, “Es hora del baile de las sábanas blancas.” Me acuerdo de las siestas en esos calurosos veranos de Buenos Aires cuando podía ver por las persianas de mi cama a nuestra mucama Mercedes colgando la ropa al sol.
Fue en la cama, en nuestra casita en Arboledas, Estado de México que mi Rosemary y yo vimos morir a mi mamá en 1972 en su cama. Respiró hacia adentro y allí quedó.
El 9 de diciembre del 2020, antes de morir, mi Rosemary nos (mis dos hijas y una nieta) preguntó, “Am I dying?” Tal fue el shock de escucharla que no tengo memoria si contestamos.
Ahora que vivo solo en esa cama, que fue la nuestra, al apagar la luz mis gatos hermanitos, Niño y Niña se acurrucan lo más cerca posible. Me proporcionan un calor felino casi humano.
Pero aún en los inviernos de mi Vancouver, es un placer meterme en la cama con sábanas recién lavadas y gozar de esa leve frescura antes de calentarla con mi cuerpo.
Y hay otro placer que creía ser uno único a mí. Me gusta deslizar mi mano (casi siempre la izquierda) entre las dos almohadas de Rosemary. Hay una frescura que ayuda con mi insomnio.
Vaya la sorpresa al leer el primer cuento de Salvo el crepúsculo llamado: Background – Tierra de atrás literalmente.
El cuento es sobre un insomnio agudo y perene de Cortázar. Empieza con:
Todo vino siempre de la noche, background inescapable, madre de tantas criaturas diurnas. Mi solo psicoanálisis posible debería cumplirse en la oscuridad, entre las dos y las cuatro de la madrugada - hora impensable para los especialistas. Pero yo sí, puedo hacerlo a mediodía y excorcizar a pleno sol los íncubos, de la única manera eficaz: diciéndolos.
Curioso que para decir los íncubos haya tenido que acallarlos a la hora en que vienen al teatro del insomnio.
Y aquí la referencia tan interesante para mí:
…ni hice nada por alejarlo con un brusco aletazo de los párpados, un giro en la cama buscando una región más fresca de la almohada.
Ahora siento que además de la presencia ausente de Rosemary en su lado de la cama, está otra, la del autor que fue amigo de mi padre.