Juliana Soltis |
En mi presente obsesión con mi lectura de Rayuela de Julio Cortázar quise combinar mi fotografía de la cellista norteamericana Juliana Soltis con algo que posiblemente Cortázar hubiese escrito sobre el instrumento. Lo que encontré es una composición para violoncello y medios electrónicos de Patricio Villarejo.
El Absurdo Infinito - Homenaje a Julio Cortázar - Patricio Villarejo YouTube
PATRICIO
VILLAREJO
Proyecto sobre la estética de Rayuela y la música cortazariana en violoncello y medios electrónicos
“Acaso sólo viviendo absurdamente se podría romper alguna vez este absurdo infinito” (Rayuela, Capítulo 23).
Composición, programación, violoncello y referencias visuales
Invitada : Liza Rule Larrea en danza
Pre-estreno fue el 06 de Noviembre de 2014 en AL ESCENARIO
La novela propone, al menos, dos lecturas de si misma. La normal, que ya de por sí avanza y retrocede de manera confusa, y la segunda absolutamente laberíntica. Incluso, desde el capítulo 131 se va al 58 y se vuelve de allí al 131, con lo que se transforma en una trampa, típica del humor cortazariano.
El caos narrativo refleja el caos existencial de los personajes. Caos que, no está amarrado a una época ni a un lugar, es inherente a cualquier ser pensante que vive en la actualidad.
La rayuela, como imagen, se transforma en un mandala, que invita a entrar a un cielo que se sabe inalcanzable. Como lector, uno ingresa en la novela y se transforma en parte de ella.
A través de la música, lo que intento es entrar en ese universo, saltar de casa en casa en un tablero imposible a través de un caos insoslayable y necesario, para seguir buscando dentro de mí mismo a ese personaje que se escapó de aquella novela, simplemente por el hecho de haberla leído.
Así de atrapante es ese universo, así de intangible y errático.
“Sólo viviendo absurdamente se podría romper alguna vez este absurdo infinito” (Capítulo 23).
Mi música intenta reflejarlo, comentarlo y hasta complementarlo desde una cierta aleatoriedad. Así como el lector no sólo se ve atrapado en la obra y debe regresar sobre sus pasos para entender, así en la música se debe volver a veces a buscar un sonido perdido y que se sabe imposible.
“Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor” (capítulo 44).