Constantemente ahora que vivo solo con dos gatos (Niño y Niña) me sobra tiempo para rememorar. Rememorar es una palabra favorita mía porque Jorge Luís Borges la usaba con frecuencia.

Hace unos días fui a la única panadería en Vancouver que tiene una máquina especial para cortar (muy finito) el pan blanco en rodajas horizontales.

Uso este pan para montar mis sándwiches de pepino hechos con mi mayonesa casera. También hago lo que los argentinos llamamos sándwiches de miga y en especial con jamón y queso.

Pero hoy (estoy escribiendo esta bitácora el lunes 22 de agosto pero la voy a poner en la fecha del 2 de julio para llenar unos agujeros cuando no escribí mucho en julio) al terminar lo que me quedaba de mi mayonesa la usé para untar un pan.

Inmediatamente me vinieron memorias de los primeros dos meses en Buenos Aires en mi llegada en 1965 para cumplir mi conscripción (colimba) obligatoria que me tocó en la Armada de Guerra Argentina. Pasé esos meses en la casa de mi madrina y primera hermana Inesita O’Reilly de Kuker. Vivía en una casona sobre Juramento en Belgrano.

Con ella vivía una cuantiosa familia porque ella era viuda (3 hijos y una hija) y se había casado con un viudo, Dolfi Kuker con 4 hijas.

Tenían una mesa en el comedor tipo películas de Hollywood. En las cenas venían los novios y los novias y a veces mi prima hermana Elizabeth Blew.

Parte de mi memoria me viene con la imagen de Ricardo, Georgito y yo cenando de uniforme. Ricardo, un año más joven que su hermano, estaba haciendo su servicio militar en la policía,  Georgito lucía su pilchas de soldado del ejercito y con las mías de marinero.

Las hijas Kuker pelaban las naranjas de postre y las bananas con cuchillo y tenedor. Yo tenía que tener mucho cuidado de no meter la pata ya que era un pajuerano venido de México.

Pero la memoria de hoy tenía que ver que los O’Reilly (Georgito, Roberto, Ricardo y Marinés) comían pan con mayonesa antes de la cena. En poco tiempo aprendí esta costumbre tan deliciosa,