Tango en Carmesí - Lavalle y Florida
Wednesday, September 25, 2019
Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
Los atareados años desafía;
Hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
Menos que la liviana melodía,
El Tango, Jorge Luís Borges, 1964Esa ráfaga
A melancholic sputtering into fall
Tango para una ciudad
The sometimes excellence of age and experience
Donde la espalda pierde su nombre
Tango tocado por cualquiera que no sea Kostelanetz
The sometimes excellence of age and experience
Donde la espalda pierde su nombre
Tango tocado por cualquiera que no sea Kostelanetz
Después de
haber vuelto de mi Buenos Aires, del cual me despedí en 1967, para volver
varias veces y, recientemente hace una semana, todo parece un sueño. La ciudad
no parece cambiar (las veredas rotas siguen igual) y mis viejos fantasmas de
familia y amigos aún la habitan. En dos patadas parece que tan pronto llego al
Aeropuerto del Ministro Pistarini pienso en castellano y el Vancouver en donde vivo
con mi Rosemary es el del sueño.
Para un
viejo de 77 años, este viaje confirmó que aún viejo puedo hacer amigos. Los que
trabajan en el Hotel Claridge (nuestro hogar en Buenos Aires) me
brindaron copiosa amistad. No pude ver mi amigo el Teniente de Granaderos ÁngelNicolás Gómez porque estaba tomando un curso de perfeccionamiento en Campo de
Mayo.
El mayor deleite fué el ensueño de mi nueva
amistad con Guillermina Van Der Linden y José Carlos Romero Vedía, dos
bailarines de tango de eximio talento que comparten lo que hacen con los que
transcurren esa intersección tan porteña que es Lavalle y Florida.
Guillermina Van Der Linden |
De niño
para mí sólo existía la música del Teatro Colón (lo que escuchaba mi mamá en la
radio) y la demás, la popular, que era el tango. Aunque pude aprender a bailarlo
aquí en Vancouver, mi nivel de experiencia lo considero eficiente, y nada más.
Pero habiendo visto a mis padres bailarlo sé lo bueno cuando lo veo.
En mis
muchos años de fotógrafo en Canadá para revistas y diarios fotografié mucho
ballet y danza moderna. Como mi antiguo amor por el arte taurino (cuando viví
en México), sé que tan importante como es la técnica hay algo mas que llamo
presencia. Ver a Guillermina y José Carlos bailar confirma ese conocimiento.
Arriba, Ornela Simonetto, un transeúnte con suerte y Miriam Gutiérrez, y abajo Guillermina Van Der Linden |
Ahora que
estoy jubilado no tengo la necesidad de complacer a un redactor o un diseñador
gráfico. Puedo hacer lo que se me da la gana. Sí, fotografié con una luz de
estudio en unos de los salones del Hotel
Claridge a esa pareja. Pero hay algo realmente lindo de poder tomar
fotos sin necesidad de justificarlas con nadie. Si quiero tomar fotos que ya no
son retratos (de piernas y zapatos y polleras y pantalones) lo puedo hacer. Si
uso un obturador de 18 de segundo y las imágenes son movidas y borrosas,
¿Porqué no?
Seguí con
mi cámara a Guillermina Van Der Linden y a Ornella Simonetto, las dos luciendo
un vestido (que poco cubría) de color carmesí.