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Arriba - Rosa 'Darcey Bussell' - centro Rosa 'A Shropshire Lad' y Rosa 'Gabriel Oak' 5 de octubre 225 |
Adiós Muchachos - Carlos Gardel
Al ver estas tres rosas en mi jardín, quizá las últimas de la temporada, inmediatamente me acordé de la hermosa canción que Carlos Gardel la hizo suya.
Cuando viví en México me acuerdo que cuando una selección argentina de futbol jugaba, y protestaban con ahinco las decisiones de los árbitros, los mexicanos se reían y decían que los argentinos se hechaban un tango. Ese derroche de emoción de los argentinos lo conozco muy bien. A menudo me viene esa nostalgia por mi Buenos Aires y de toda esa gente de mi vida que ha muerto porque soy un viejo de 83. Agradezco a esa nostalgia por el sentimiento mío de hoy al haber visto esas hermosas rosas.
Los indígenas de esta provincia de British Columbia tienen la idea de que si uno sobrevive el invierno que se viene, quizá uno vivirá un año más. Mis rosas y yo compartimos esa esperanza
Adiós muchachos - Autores de la canción: Cesar Felipe Vedani / Julio Cesar Sanders
Adiós muchachos, compañeros de mi vida
Barra querida de aquellos tiempos
Me toca a mí hoy emprender la retirada
Debo alejarme de mi buena muchachada
Adiós, muchachos, ya me voy y me resigno
Contra el destino nadie la talla
Se terminaron para mí todas las farras
Mi cuerpo enfermo no resiste más
Acuden a mi mente recuerdos de otros tiempos
De los buenos momentos que antaño disfruté
Cerquita de mi madre, santa viejita
Y de mi noviecita, que tanto idolatré
Se acuerdan que era hermosa, más linda que una diosa
Y que brioso de amor, le di mi corazón
Mas el Señor, celoso de sus encantos
Hundiéndome en el llanto se la llevó
Es Dios el juez supremo, no hay quien se le resista
Ya estoy acostumbrado, su ley a respetar
Pues mi vida deshizo con sus mandatos
Llevándome a mi madre y a mi novia también
Dos lágrimas sinceras derramo en mi partida
Por la barra querida que nunca me olvidó
Y al dar a mis amigos mi adiós postrero
Les doy con toda mi alma, mi bendición
Adiós muchachos, compañeros de mi vida
Barra querida de aquellos tiempos
Me toca a mí hoy emprender la retirada
Debo alejarme de mi buena muchachada
Adiós, muchachos, ya me voy y me resigno
Contra el destino nadie la talla
Se terminaron para mí todas las farras
Mi cuerpo enfermo no resiste más