La Puerto Rico, Alsina y Defensa, Buenos Aires (Rosemary de pantalones blancos) |
La Puerto Rico - Café
Mi amigo Don Stewart en Vancouver es el dueño de una librería llamada MacLeod’s de libros usados (o como escribe León Tenenbaum en sus Olores de Buenos Aires –Ediciones Corregidor -1994 “Librería de viejo”) hace un unos meses me mostró una pila de libros (rodeados por miles más) Y me dijo que una profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de British Columbia se había jubilado y vendido su colección a Stewart. En la pila encontré varios libros pero uno inmediatamente me despertó el interés (el libro citado anteriormente). A Stewart le dije, “Si no menciona los olores de una pizzería bonaerense no lo compro.” Y claro lo compré por muy obvias razones.
En Buenos
Aires con mi Rosemary nos fuimos a la Casa Rosada donde entregué al Teniente de
Caballería Ángel Nicolás Gómez mi foto de los Granaderos de San Martín. De allí
estando en lo que realmente es el barrio más viejo de Buenos Aires le dije a mi
Rosemary, “Estamos muy cerca de Alsina y Defensa en donde está La Puerto Rico mencionada por Tenenbaum.”
Vaya la
sorpresa de encontrarla y apreciar que el café abrió sus puertas en 1887. Al
entrar no notamos ese olor a leche hervida mencionado por León Tenenbaum. A un mozo le preguntamos por qué y
nos explicó, “Antiguamente hervíamos la leche por horas en baño maría. Ya no.”
La macitas,
facturas, tortas y pasteles en el mostrador eran tan lindas que casi parecían
artificiales tipo restaurantes japoneses. Rosemary y yo probamos de todo con
nuestro café con leche. La gerente del café, Esther se interesó mucho por lo
que le dije que había escrito León Tenenbaum.
Inmediatamente mandó a un joven
que preguntara por el libro en una librería cercana – pero nó.
En nuestras
caminatas por la Avenida Corrientes busqué los Olores de Buenos Aires, pero en
ninguna de las librerías de viejo encontré algo por Tenenbaum.
Tenía la
intención de regalarle una copia a Esther pero este blog servirá por momento
hasta que lo localice.
Lo que
realmente es extraño, pero sorprendente es haber encontrado el libro de Tenenbaum
en Vancouver. Y también interesante es que la MacLeod Books es exactamente como
describe Tenenbaum:
Supo haber
en la calle Sarmiento al 1400, en su vereda sur, una librería de viejo que
tenía un nombre tan sugestivo como desafiante, dos veces enigmático por
llamarse “La Incógnita”. Tuvo buenos tiempos. Mejores que los de los últimos
años, anteriores a los ’50 cuando la conocimos.
Era un estrecho y profundo local con angosta puerta de acceso a una sola vidriera. Lo iluminaba – es un decir- una lámpara de vidrio que alguna vez fue transparente y cuya misión se suponía era disipar con su luz la oscuridad instalada…
Era un estrecho y profundo local con angosta puerta de acceso a una sola vidriera. Lo iluminaba – es un decir- una lámpara de vidrio que alguna vez fue transparente y cuya misión se suponía era disipar con su luz la oscuridad instalada…