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Monday, May 04, 2020

Vigilancia en pleno vacío





No había un desorden que abriera puertas al rescate, había solamente suciedad y miseria, vasos con restos de cerveza, medias en un rincón, una cama que olía a sexo y a a pelo, una mujer que me pasaba su mano fina y transparente por los muslos, retardando la caricia que me arrancaría  por un rato a esa vigilancia en pleno vacío.
Capítulo 2 – Rayuela – Julio Cortázar





El beso
Pero el amor esa palabra
A un dios desconocido
Del colorado al amarillo 
Reunión con un círculo rojo 
La protección inútil
el tubo de dentífrico
Tu corazón desconcertado