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Thursday, February 13, 2020

La Luz de ceniza y olivo






Una de mis fórmulas para opinar de la vigencia y excelencia de una novela, antes de comprarla, es la de leer el primer párrafo. Aquí el primero de Rayuela por Julio Cortázar.

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, el arco que da al Quai de Conti y apenas la luz ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que  aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.


Nora Patrich y La Rayuela de Cortázar en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno en Buenos Aires