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Sunday, January 05, 2020

Auto-Stop Malibu






De niño mi imaginación se revolcaba al punto que vivía una realidad. Tenía 8 años. Admiraba al corredor de autos Juan Manuel Fangio.

En el galpón del jardín trasero de nuestra casa en Coghlan, un suburbio de Buenos Aires, había un enorme cajón de madera. En él ponía unos 6 ladrillos. Cada par representaba el pedal del embrague, del freno y de la nafta. Un palo de escoba y una rueda de mi viejo triciclo era el volante. Me sentaba en una cajita. En ese momento estaba manejando un Alfa Romeo y yo era Juan Manuel Fangio.

Un día esa linda imaginación paró de funcionar. El cajón cesó de ser mi Alfa Romeo.



Ahora en mi vejez las realidades compiten con mi pobre memoria y me contento de fotografiar a interesantes mujeres en mi auto. No soy Fangio, no soy Casanova. Simplemente soy un fotógrafo con una imaginación que todavía me basta para seguir adelante con lo que me queda de vida.