Pages

Sunday, October 04, 2020

nunca podrá ser fea

 


Mi mamá según ella no era una mujer bella. Se creía fea. Siempre estuve en desacuerdo. Para empezar ella tenía piernas hermosas que de alguna manera heredó mi Rosemary. Pero yo también tuve y tengo lindas piernas. Con mi mamá también compartíamos lindos pies. Pies que por ser de tamaño normal cabían en cualquier zapato sin rozaduras y nunca tuvimos callos.

 


 

Hace unos años hice un reportaje para una revista de viaje de una visita al interior  del estado de Florida. Me ofrecieron un masaje completo en un hotel pero no me atreví y escogí una pedicura. Me pusieron en un salón con varias mujeres. Todas tenían sus pies en el agua. Tan pronto mi pedicurista vió mis pies, que todas las mujeres se vinieron a admirar mis pies “sin pecado concebidos”.

 

 


 

Susan, la mujer con la cara de otro siglo en esta bitácora, no se echa para atrás con sus pies.

 


 

 

Pies Hermosos – Mario Benedetti

La mujer que tiene los pies hermosos

nunca podrá ser fea

mansa suele subirle la belleza

por tobillos pantorrillas y muslos

demorarse en el pubis

que siempre ha estado más allá de todo canon

rodear el ombligo como a uno de esos timbres

que si se les presiona tocan para elisa

reivindicar los lúbricos pezones a la espera

entreabir los labios sin pronunciar saliva

y dejarse querer por los ojos espejo

la mujer que tiene los pies hermosos

sabe vagabundear por la tristeza.