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Sunday, August 05, 2012

El Árbol De Los Amigos

Cercis canadensis 'Forest Pansy' August 5, 2012
This morning, a very sunny Sunday morning I looked out of the window and noticed that the last few leaves of our  Cercis canadensis ‘Forest Pansy are dry and shriveled up. It all started some four years ago during a storm. The Eastern Canada native commonly called a Red Bud had fallen in a windstorm. Rosemary loves the tree so much that we propped it up with a strong rope and a sturdy stake. But I noticed a  a couple of years later that our beautiful tree had some rot at the lower trunk. Last year the tree leafed out late but gave us a pretty nice display. This year it was all but bare and we knew that the tree was dying.


The leaves are a beautiful green/purple/red in this Forest Pansy variety. But the tree while now virtually dead has sprouted a healthy shoot from its side in which the leaves (green with very little red in them) tell us that this part of the tree has reverted. Come fall we will cut down the tree. The wood is extremely hard and will burn very well in our fireplace. And the sapling that will have taken its place at least will give us some memories of the glories of its parent.



As the tree struggled this spring I thought of a Borges poem (not so I have subsequently found out) that equates the leaves of a dying tree with one’s friends. The translations (very few) that I have found are even more sentimental and saccharine. I will leave it in Spanish and most who read the above will understand that the fewer and fewer leaves of a dying tree really represent our very own existence. The sapling left behind would be our children grand children. It is somehow comforting. I have noticed that while I thought that Rosemary would get very upset she seems to be taking our Forest Pansy’s exit with a great degree of equanimity.




El Árbol de los Amigos


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Más el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.




También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.

Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.

Ésta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad.


Rosa 'Ímmortal Juno' & leaves of Cercis canadensis 'Forest Pansy'